¿Cómo se representa un cuerpo cuando se duda si es preferible mirarlo como si fuera una bella máquina o un simple agregado de vísceras pegajosas, destinadas a la caducidad?
Johan Huizinga relata que una secta hindú expresaba el siguiente pensamiento, más o menos en estos términos: "Tu amas a un cuerpo bello, pero odias tocar excrementos; sin embargo esa mujer bella, ese hermoso muchacho, son odres de excrementos, y tu amas poseerlos. ¿Cómo es posible? ¿No comprendes tu insensatez?" Creo que ese simple apólogo resume los misterios complementarios del amor y la caducidad.
Mariano Von Bonito | Autorellenante y autovaciante
(Buenos Aires, Argentina)