¿Cómo se controla un cuerpo?
La clave radica en la letra P. Planificación y perfección. Los momentos perfectos están minuciosamente calculados. Cada segundo adopta una fragilidad insoportable y comienza, el juego pretencioso donde enjuiciamos cada suceso según las pautas de perfección previamente acordadas.
Montamos un espectáculo con precisión ingenieril, asignando un papel a cada ente circundante. Nada es casualidad. En la búsqueda ha de tenerse en cuenta la señalética biológica y traducirla en sabor, textura, temperatura y visuales justas. Quiero dulce o salado, nutritivo o noscivo. Aclaremos momento perfecto: Durante el momento perfecto hay reglas. Su desarrollo se boceta previamente cual diagrama de flujo, donde cada acción y actuante están predeterminados. Que actitud adoptar, como hablar, grado de entusiasmo, gestualidad y decisiones. En mi cabeza, perfectamente calculado y cuidado si cruzas la línea.
Anahí | artista plástica
(Buenos Aires, Argentina)